martes, 19 de julio de 2011

Los retos del periodismo científico

El primer reto del periodismo científico es despertar interés hacia las disciplinas científicas,  adecuar su mensaje a la mayoría de los ciudadanos de su país recurriendo en muchos casos al más democrático de los sistemas periodísticos: la radio, aprovechando sus posibilidades de ubicuidad, llegada y posibilidad de ser escuchada, no leída.

 A pesar de que la ciencia y la tecnología lo inundan todo, su presencia no es percibida por la mayoría de la población para quien la ciencia es algo desconocido, complejo, extraño y lejano.

  Estamos en la era de la información, el conocimiento y la globalización, pero vivimos tiempos de profunda ignorancia. El volumen de conocimientos especializados crece a velocidades tan vertiginosas que el gran público apenas consigue apresar pedazos de ciencia. Tal situación puede conducir a una situación de asimetría y distanciamiento entre los pocos que poseen el conocimiento y el resto de la sociedad.

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  Comunicar información científica a través de los medios de comunicación de masas no es fácil, sobre todo cuando las informaciones de ciencia son relegadas a la página de “sociedad” y compiten en desventaja con deportes, política, espectáculos e información general.

 Como mensajero de un mundo más avanzado y de un nuevo estilo de vida, uno de los factores más importantes que el periodista científico debe tener en cuenta es la gran diversidad de audiencias a quienes dirige su mensaje. Debe identificarlas como grupos sociales específicos, definir su status en la sociedad y estudiar su actitud frente al desarrollo científico y tecnológico para enfilar su trabajo y el enfoque hacia los problemas y posturas características de cada uno. Para cada audiencia: el estrato empresarial, profesional, del sector público, militar, obrero-campesino, harán falta no sólo temáticas seleccionadas sino niveles de razonamiento, abstracción e idiomas diferentes. En relación con cada uno precisan conocimientos exactos sobre sus problemáticas y actuar frente a las opciones disponibles. Esto es muy importante para la posible identificación de estas audiencias con sus puntos de vista, para la afinidad y empatía que el periodista científico debe buscar para la mayor efectividad de su labor.

  Recalco, la labor del periodismo científico no es fácil. Choca necesariamente contra sistemas, estructuras e intereses establecidos. Se estrella contra antagonismos que tienen su raíz en las fundamentales desigualdades que dividen el mundo. Pugna en contra de la inercia del conservadorismo, del misticismo, de prejuicios transmitidos desde siglos y otras tantas creencias y corrientes de pensar anticientíficas, latentes aún en muchos sectores de América Latina.

  Como periodistas científicos tenemos que tener en cuenta que a excepción del saber estrictamente profesional, la casi totalidad de los conocimientos de que disponen nuestros contemporáneos proceden de los medios de comunicación.

  Por otro lado la superespecialización ha creado fronteras cada vez menos permeables entre los investigadores de las diferentes disciplinas científicas e incluso entre los especialistas de diferentes ramas dentro de una misma disciplina. Y un abismo cada vez mayor parece separar a este conjunto fragmentado de investigadores, del resto de la población. Ciencia y sociedad se encuentran materialmente disociados en los diferentes medios de difusión.

   En cada época de la historia ha existido un factor determinante en la generación de riqueza individual. En un tiempo este factor estaba asociado a la cantidad de esclavos poseídos, después la riqueza dependía de los recursos naturales y la extensión de tierra. Ahora el capital económico, en usos productivos, es el factor de riqueza.

  Para  algunos pensadores como Peter Drucker, en la actualidad, el conocimiento será el mayor determinante de riqueza.

   El conocimiento implica procesar adecuadamente la información para darle un uso en la innovación e incremento de la productividad. Según el sofista Protágoras el propósito del conocimiento es hacer eficiente al que lo posee, capacitándolo para saber lo que ha de decir y cómo decirlo.

   Existen diversas maneras de producir conocimiento pero una de las más seguras es la ciencia, que se identifica con la razón, provocando una gradual desaparición del mundo  en que los mitos eran reales, reemplazándolos por un mundo de electrones, galaxias, circuitos y computadores.

  La ciencia, a través de la investigación , permite conocer y explorar nuevos horizontes, por eso cada día el conocimiento cobra mayor importancia, pero éste no se genera únicamente con la investigación (per se) es necesario la socialización de los resultados y procesos. Al respecto el periodista científico español, Calvo Hernando afirma que “la ciencia que no se divulgue no es ciencia”.

   Con la divulgación científica y tecnológica el conocimiento se socializa y convierte en factor de desarrollo social y sólo una comunidad bien preparada puede competir con mejores condiciones en el mercado mundial.

   Por otro lado, la investigación científica no es la misma en todos los países latinoamericanos y  la divulgación de la ciencia en general no ocupa un lugar privilegiado en los medios de comunicación tradicionales.

   El periodismo científico, en su tarea de entregar el conocimiento a la sociedad, es una fuente de enseñanza –aprendizaje que busca hacer comprensible, para un público amplio, las investigaciones científicas y tecnológicas, y su importancia radica en que se constituye en una verdadera herramienta de alfabetización científica por su fácil acceso a grandes grupos sociales con diferentes niveles educativos.

    Además de los condicionamientos impuestos por la mecánica de los medios masivos el periodismo científico se enfrenta sin duda a otros  grandes retos, pues su función de divulgación debe sobrepasar el hecho de informar, de comunicar resultados y promover la apropiación del conocimiento, convirtiéndolo en objeto de reflexión y en parte fundamental dentro de la cotidianidad.

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