jueves, 31 de marzo de 2011

El higo :La fruta de los filósofos


Higos. Valores nutricionales por cada 100 gramos: *65,7 calorías
* 16 g de hidratos de carbono,* 2,5 g. de fibra,
* 3,5 mg vitamina C, * Provitamina A, magnecio, potasio, calcio.

Considerado un fruto, cuyo nombre científico es Ficus Carica, el higo es una flor invertida hacia adentro y sus semillas, los verdaderos frutos llamados aqueños.
Su origen se remonta a siglos antes de Cristo e incluso fueron considerados como manjares en la época de la Grecia Clásica. Ya en el mismo Génesis de la Biblia, se narra cómo Moisés mandó a unos exploradores a reconocer la tierra de Canaán y estos volvieron con diferentes frutos, entre ellos higos. Pero fue en la Grecia clásica donde los higos suponen uno de los alimentos esenciales de su civilización.

Platón y sus discípulos

En la Antigua Grecia cuando se fundaba una ciudad se plantaba una higuera entre el ágora y el foro para señalar el lugar donde se reunirían los ancianos. Esta fruta también fue el manjar predilecto de Platón, de hecho se le conoce como la fruta de los filósofos. Galeno los aconsejaba a los atletas e Hipócrates los usaba para combatir los estados febriles. Por su parte, los bereberes los consideran un símbolo de fecundidad y resurrección.

miércoles, 30 de marzo de 2011

El arte de contar las ciencias

Schereherazade y el sultán

                                        “NO ME LO EXPLIQUES,
                                             CUÉNTAMELO”                                      



     En un ensayo escrito hace más de 40 años, Norman Mailer [1] comparó la prensa con una cabra, con una máquina, con un “leviatán intelectual obligado a comer cada día golosinas, cartílagos, grava, cubos de basura, neumáticos viejos, chuletas, cartón mojado, hojas secas, tarta de manzana, botellas rotas, comida para perros, escamas y espinas de pescado, polvo de cucaracha, bolígrafos secos y zumo de pomelo.

    Toda la basura, todos los desperdicios, todas las heces y un poco de riqueza se meten cada día y cada noche en la barriga de esa vieja cabra americana que son nuestros periódicos”. Es una metáfora preciosa, reconoce Radfort (1996) que, sin embargo, no dice demasiado sobre lo que sale por el otro extremo. Lo que sale son historias: sobre la tarta de manzana, sobre las botellas rotas, sobre el polvo de cucaracha, sobre la vida de los peces,  pero historias al fin y al cabo. Para la prensa sería mejor utilizar la analogía de Scheherazade, forzada una noche tras otra a relatar cuentos que dejaban al oyente con ganas de escuchar más cuentos, porque si dejaba de hacerlo moriría.

    Es una imagen romántica, pero nada falsa.

      Cuando los lectores dejan de leer periódicos –y lo hacen cuando no quieren escuchar las historias que se les explican–, los periódicos mueren. Hay un corolario: cuando los periódicos detectan, de algún modo, que una historia determinada interesa, todos empiezan a explicarla.

     El reportaje interpretativo acude en auxilio para que los periódicos no mueran  y le ofrece contar historias sobre las ciencias: con rigor científico pero plenos de imágenes literarias, de recursos estilísticos, de investigaciones sesudas, de documentados datos, de especializadas citas, de precisos cuadros y esquemas, de espectaculares infografías, de contextualizadoras líneas del tiempo  y de puntuales columnas de opinión.

     El reportaje interpretativo científico es un género periodístico con futuro, como vaticinaba Sonia Fernández Perratt en 1998,  aunque ella se refería al reportaje en general. También, Miguel Angel Bastenier en el 2001 sostenía “en las circunstancias presentes de graves asechanzas contra el papel prensa, el reportaje, no como sucedáneo de un Hollywood en tecnicolor , sino como medio con el que es más dado sacar todo partido posible a la agenda propia, está llamado a hacerse más y más imprescindible en los periódicos de mañana mismo por la mañana. Cuando tengamos todos los medios expresivos en la mano, cuando lo que sepamos, hayamos visto y oído, sea sólo cosa nuestra, cuando en virtud de lo anterior nos convirtamos en fuente de nuestra propia información, es cuando ésta nos distinguirá más y mejor de nuestros competidores”.

     ¿Dónde si no en el reportaje interpretativo científico se puede presentar en todo su esplendor una investigación periodística especializada en ciencia que, además, despierte el interés “por saber más” y le ofrezca a sus lectores dónde profundizar estos conocimientos?.

      El periodista científico que aborde este espectacular tratamiento del mensaje periodístico deberá despuntar la pluma, su tesón investigativo, sus dotes de sabueso inquisidor, su sensibilidad, su empatía y sus deseos de contar historias que nos adentren en el conocimiento de las ciencias placenteramente, casi sin darnos cuenta, con hambre de saber y con la alegría de percibir, “los cinco sentidos”[2] : estar, ver, oír, compartir, pensar, que puso el autor al desarrollar su reportaje interpretativo científico.

Fuente: Cazaux, Diana (2010), El ADN del periodismo científico: el reportaje interpretativo, Introducción, Quito, CIESPAL.

[1] Mailer N. (1965), The presidential papers, Corgi, Londres.
[2] Se hace referencia al título de la obra de Ryszard Kapuscinski  Los cinco sentido del periodista (estar, ver, oír, compartir, pensar).

La salud en los medios de comunicación





 La salud en los medios de comunicación

     La importancia de la biología y de la medicina ha crecido en los últimos años y es lógico, por ello, que crezca también la divulgación de las investigaciones sobre estos temas. La información sobre salud es una necesidad de nuestro tiempo y a la vez un imperativo moral. La necesidad  deriva de la dimensión comunicadora de la profesión médica, en todos los tiempos, y actualmente por el protagonismo de las ciencias de la vida y de la salud, y sus perspectivas para todos. La ciencia y la tecnología sanitarias han progresado más en los últimos decenios que a lo largo de toda la historia humana.

     La información médica, como el resto de la información científica, crece a un ritmo exponencial, lo que significa que va mucho más rápida que la mayoría de los fenómenos sociales. Hoy, la divulgación biológico-médica se ha convertido en estrella de los medios de comunicación arrebatándole el cetro a la física y al tema nuclear.

     "En efecto, la ciencia y la tecnología han incrementado notablemente su exposición pública durante las últimas décadas y, por lo tanto, se han transformado en material periodístico de una forma cada vez más intensa. En este sentido, el análisis de contenido de los medios de comunicación sobre ciencia, tecnología, salud y temas médicos también han mostrado un notorio incremento en países de Europa y los Estados Unidos[1]. En América Latina se han realizado unas pocas investigaciones en el último tiempo, aunque se trata de una tradición no consolidada[2]. En términos generales, se conoce relativamente poco acerca de qué magnitud y frecuencia de publicación tienen en el universo periodístico los temas de ciencia y tecnología. Esta falta de evidencia empírica, por otra parte, no hace posible contrastar ciertos presupuestos que forman parte de la percepción de investigadores y gestores. Uno de estos supuestos se apoya en la creencia de que los temas que dominan la agenda de los medios latinoamericanos corresponden a las actividades de investigación y desarrollo de las naciones más avanzadas. Por lo que disponer de datos confiables tiene una importancia estratégica para conocer qué información se ofrece a la población y, eventualmente, diseñar políticas de incremento de la calidad de la cobertura periodística"(Polino, Carmelo*, 2008).

Fuente: Cazaux, Diana (2010), El ADN del periodismo científico: el reportaje interpretativo, Capítulo 11, Quito, CIESPAL.

* Carmelo Polino es  investigador del Centro de Estudios sobre Ciencia , Desarrollo y Educación Superior (REDES) de la Argentina, institución asociada al CONICET.



[1] Se pueden ver los trabajos de P. Fayard,, 1993; J.Gregory, S. Miller, 1998; D:Nelkin, 1990; C.Rogers, S. Friedman, S. Dunwoody, 1999; M. Bucchi, R. Mazzolini, 2003; E. Einsiedel, 1992).
[2] Ver los trabajos de : L.H. Amorin, 2006; L.Massarani et al, 2005; FAPESP, 2002; CONACYT, 2002; C.Polino, M.E. Fazio, D. Chiape, 2006; C.Polino, M.E. Fazio, 2004; R. Reis, 1999.

martes, 29 de marzo de 2011

Calentamiento global: Nuevos enfoque periodísticos

En la revista Media Development de la WACC (Asociación Mundial de la Comunicación Cristiana) pueden encontrar la nota de mi autoría 

 Calentamiento global: Nuevos enfoques periodísticos.

 Se accede por: este link

El índice total de la publicación lo encuentran en: Índice de la publicación

Temas tabú, ahora y siempre

Alfredo Palacios (1880-1965)

En 1900 Alfredo Palacios presenta para lograr su doctorado en derecho la tesis titulada: La miseria en la República Argentina, la que es considerada la primera investigación argentina referida a las condiciones de vida de la población.

Pero la tesis fue rechazada entonces, pues, los reglamentos universitarios prohibían incluir expresiones que pudieran resultar injuriosas para las instituciones.

Finalmente fue publicada en 1988 por el Centro Editor de América Latina con prólogo de Víctor O. García Costa.

Fuente: Cazaux, Diana (2010),  Historia de la divulgación científica en la Argentina, Buenos Aires,  editorial Teseo.

lunes, 28 de marzo de 2011

Biblioburro


¡Chapeau! para Luis Soriano Borges Garcias. Un profesor colombiano que carga libros en su burro Alfa y recorre los lugares de su patria donde los niños no disponen de bibliotecas. Por lo que les lleva la biblioteca a sus domicilios a lomo del noble jumento.

Esto es hacer y no decir. ¿Por qué no lo imitarán varios de nuestros políticos?

domingo, 27 de marzo de 2011

Los Simpson y la ciencia



En el 2007 la prestigiosa revista Nature dedicó un artículo sobre los 10 episodios más destacados en los que  en la serie Los Simpson se trataban temas científicos.

Una nota sobre este tema puede encontrarse en: Los Simpson y la ciencia

Recientemente, el ingeniero industrial Claudio Sánchez ha publicado el libro "Todo lo que se de ciencia lo aprendí mirando los Simpson".

Para no perdérselo.

sábado, 26 de marzo de 2011

Baldomero Fernández Moreno: poeta y médico

Baldomero Fernández Moreno (1886-1950), poeta y médico argentino


Su producción literaria se encuentra dentro del movimiento denominado Sencillismo .
Si bien, lo conocemos por su famoso poema “70 balcones y ninguna flor”,  su formación académica aflora en este soneto:
Soneto de tus vísceras

Harto ya de alabar tu piel dorada,
Tus externas y muchas perfecciones,
Canto al jardín azul de tus pulmones
Y a tu tráquea elegante y anillada.

Canto a tu masa intestinal rosada
Al bazo, al páncreas, a los epiplones,
Al doble filtro gris de tus riñones
Y a tu matriz profunda y renovada.

Canto al tuétano dulce de tus huesos,
A la linfa que embebe tus tejidos,
Al acre olor orgánico que exhalas.

Quiero gastar tus vísceras a besos,
Vivir dentro de ti con mis sentidos...
Yo soy un sapo negro con dos alas.

Arte, Ciencia y Chagas


Además, desde esta institución, editan la publicación: "Arte, Ciencia y Chagas: miradas posibles, diálogos necesarios. Memorias de un comienzo..."  que contiene las memorias y voces de diversos actores. Dentro del material, se encuentra un link para ver un video elaborado el año pasado y también vinculado a la temática. Ver en  Boletín


viernes, 25 de marzo de 2011

La hora del planeta: 2011


A las 8:30pm del sábado 26 de marzo de 2011, individuos, comunidades, empresas y gobiernos de todo el mundo apagarán sus luces durante una hora – La Hora del Planeta –, transcendiendo todas las barreras de religión, cultura, sociedad, generación y localización geográfica en una celebración global por el Planeta. En un intento de promover un cambio de actitud global, la Hora del Planeta 2011 irá más allá de la hora y del cambio climático, señalando el momento a partir del cual los individuos, empresas y gobiernos se comprometerán a realizar acciones a favor del planeta para todo el año.


¿Y tú cómo me calientas?



La web de la Década de la educación por un futuro sostenible ha incorporado su boletín 63, tituladoLas centrales nucleares no son una alternativa energética contra el cambio climático”, al que puede accederse en Las centrales nucleares no son una alternativa energética contra el cambio climático.
Más allá del impacto emocional provocado por el accidente nuclear sufrido en Japón, se sintetizan en este boletín argumentos y estudios muy diversos, realizados durante décadas, que fundamentan el rechazo racional contra la energía nuclear de fisión, y que no se limitan al problema de los posibles accidentes.

Crisis mundial: discurso pronunciado hace 40 años




El actor y cómico mexicano Mario Moreno, inmortalizado como "Cantinflas", pronunció en la película "El embajador" este discurso hace 40 años, el  que aún  no ha perdido vigencia.








jueves, 24 de marzo de 2011

Sociedad del riesgo


El sociólogo alemán Ulrich Beck escribió en la década de 1980 bajo los efectos de la catástrofe nuclear de Chernobyl, ocurrida en Pripyat (Ucrania) el 26 de abril de 1986,   el libro “La sociedad del riesgo”.

En él plateo que vivimos el pasaje desde la modernidad industrial hacia una sociedad del riesgo, a través de una transformación producida por la confrontación de la modernidad con las consecuencias no deseadas de sus propias acciones. El desarrollo industrial no regulado por el sistema político produce riesgos de una nueva magnitud: son incalculables, imprevisibles e incontrolables por la sociedad actual. La sociedad del riesgo implica una serie de cambios que pintan un paisaje de la actualidad e invitan a reflexionar: a) el pasaje de una sociedad de clases a una sociedad de riesgos (según Beck, el smog es democrático puesto que su efecto alcanza a todas las clases sociales); b) el pasaje de una sociedad estamental, de identidades fijas sostenidas en la etnia, la religión, el trabajo, a una sociedad de individuación cada vez mayor, en la que las personas construyen sus trayectorias en forma reflexiva, escogiendo sus trabajos, sus parejas, sus modos de vivir; c) el cambio del estatuto de la ciencia, desde una situación de monopolio del saber, hacia un escenario en el que las opiniones de expertos compiten con el saber lego y con la racionalidad social.

 El libro incluye una descripción detallada de las transformaciones contemporáneas en el proceso de trabajo (individualización de las tareas, desregulación, precarización del empleo, generalización del desempleo), en el rol de la mujer (incorporación al mercado de trabajo, mayor independencia), y en las ciencias (cambio de paradigmas, necesidad de incorporar la interdisciplinariedad, competencia de saberes).

Esta obra resulta ya un clásico de la sociología contemporánea  y cobra importancia ante los acontecimientos que ocurren en Japón y las  consecuencias mundiales que ellos acarrean.


Greta oto - Mariposas de cristal o "espejitos"


Hoy les quiero contar  sobre esta bella mariposa que habita en América Central y México. Su nombre es Greta Oto pero muchos la conocen como la Mariposa de Cristal o Espejitos. Tiene un tamaño de entre 5.5 y 6 cm y alas transparentes debido al tejido entre sus venas dándole esa apariencia de cristal.

Esta mariposa pone sus huevecillos en una planta llamada Cestrum la cual es tóxica pero esto evita que ciertos depredadores se acerquen a ellos. A los huevecillos no les hace daño. Ya cuando sale la oruga, esta planta le sirve de alimento y las toxinas las irá acumulando en su cuerpo hasta convertirse en mariposa. Estas toxinas le servirán como defensa contra otros insectos y depredadores.
¿No son preciosas?

miércoles, 23 de marzo de 2011

Por qué el hornero es el Ave de la Patria

El 28 de julio de 1916 nace la Sociedad Ornitológica del Plata, que luego pasó a ser la Asociación Ornitológica del Plata (AOP) la que crea la entidad Aves Argentinas que edita a partir de 1917 la revista “El Hornero” sobre ornitología tropical en cuyo primer número se definen en su artículo inicial el carácter y los fines de la asociación.



Veintiuna personalidades se reunieron en La Manzana de las Luces en ese, sin duda, frío día de invierno porteño para crearla. Entre ellos se encontraban Eduardo Holmberg,  director del Zoológico de Buenos Aires; Ángel Gallardo,  director del Museo de Ciencia Naturales y Juan Bautista Ambrosetti, director del Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras.

El hecho que nos interesa mencionar es que en  1928 el diario “La Razón” realizó una encuesta entre los niños de las escuelas primarias de la Argentina para determinar la especie más representativa y digna que se constituiría en “Ave de la Patria”. Con gran éxito se recibieron 38.818 votos, que marcaban una tendencia inicial hacia el cóndor andino.

Finalmente ganó el hornero, y la Asociación Ornitológica del Plata tuvo algo que ver en esta historia.
La entidad seguía con gran interés las alternativas de la simpática encuesta, y creyó oportuno intervenir por medio de una carta que le envió al diario su presidente, Roberto Dabbene. En el texto publicado se explicaban los motivos que tuvo la Asociación para elegir al hornero como nombre de la revista científica que edita.

Luego se sucedieron otras cartas a favor del hornero, entre las que se destacaron  socios de la Ornitológica como Leopoldo Lugones , autor de la clásica poesía “El hornero”, que el famoso escritor consideraba  el ave genuina y simbólica de la Argentina.


El reconocimiento del hornero como ave simbólica y genuina de la Argentina la sustenta Lugones  en su libro “Fábulas nativas” de 1924 donde relata  la Leyenda del hornero. La narración la  ubica  en el norte cordobés donde vivía el indio Jahé, albañil de oficio, quien se enamora de Yunka, la hija del cacique. Amor que es correspondido por Yunka, pero desaprobado por su padre debido a la diferencia de clases existente entre ellos. Ante su amor imposible ambos se convierten en dos avecillas que comienzan a construir su nido con barro y paja en lo alto de un algarrobo. Como la casa que construyeron tenía forma de un horno de cocer pan, a esas avecillas comenzaron a llamarlas “horneros”.

Fuente: Cazaux, Diana (2010), Historia de la divulgación científica en la Argentina, Buenos Aires, Editorial Teseo.

EL HORNERO

La casita del hornero
tiene alcoba y tiene sala.
En la alcoba la hembra instala
justamente el nido entero.

En la sala, muy orondo,
el padre guarda la puerta,
con su camisa entreabierta
sobre su buche redondo.

Lleva siempre un poco viejo
su traje aseado y sencillo,
que, con tanto hacer ladrillo,
se la habrá puesto bermejo.

Elige como un artista
el gajo de un sauce añoso,
o en el poste rumoroso
se vuelve telegrafista.

Allá, si el barro está blando,
canta su gozo sincero.
Yo quisiera ser hornero
y hacer mi choza cantando.

Así le sale bien todo,
y así, en su honrado desvelo,
trabaja mirando al cielo
en el agua de su lodo.
Por fuera la construcción,
como una cabeza crece,
mientras, por dentro, parece
un tosco y buen corazón.

Pues como su casa es centro
de todo amor y destreza,
la saca de su cabeza
y el corazón pone adentro.

La trabaja en paja y barro,
lindamente la trabaja,
que en el barro y en la paja
es arquitecto bizarro.

La casita del hornero
tiene sala y tiene alcoba,
y aunque en ella no hay escoba,
limpia está con todo esmero.

Concluyó el hornero el horno,
y con el último toque,
le deja áspero el revoque
contra el frío y el bochorno.

Ya explora al vuelo el circuito,
ya, cobre la tierra lisa,
con tal fuerza y garbo pisa,
que parece un martillito.

La choza se orea, en tanto,
esperando a su señora,
que elegante y avizora,
llena su humildad de encanto.

Y cuando acaba, jovial,
de arreglarla a su deseo,
le pone con un gorjeo
su vajilla de cristal.
 

24 de marzo: Día Mundial de la Tuberculosis

Un 24 de marzo de 1882, en el auditorio de la Sociedad de Fisiología de Berlín, Roberto Koch exponía sus hallazgos en la más famosa de sus publicaciones "La etiología de la tuberculosis". A través del cumplimiento de sus postulados demuestra el protagonismo del luego denominado Mycobacterium tuberculosis como agente causal de la "peste blanca".  Con sus postulados Koch sentó las bases de la investigación microbiológica moderna a través del método científico: el aislamiento del presunto agente responsable a partir del  enfermo y la reproducción de  la enfermedad al introducirlo en el animal de experimentación, recuperando nuevamente el mismo agente de las lesiones producidas. 


En conmemoración de este fundamental descubrimiento se celebra el 24 de marzo de cada año el Día Mundial de la Tuberculosis. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propuesto para 2011 el esperanzado lema: “En movimiento contra la tuberculosis. Transformando la lucha en eliminación”.

La tuberculosis (TB) es una enfermedad que ha sido rastreada hasta 3 millones de años atrás, su agente etiológico primitivo es muy anterior en su aparición al hombre y altamente adaptado a nuestra especie. Es así que, pese a los sostenidos esfuerzos para su control, OMS estima la incidencia 2009 en 9,4 millones de casos nuevos por año y 1,7 millones de muertes atribuidas a la enfermedad (0,4 millones relacionadas al HIV). La incidencia de la tuberculosis se ha mostrado estacionaria en lo que va de este siglo (WHO/HTM/TB/2010.7). Un grave peligro que amenaza el control de la TB es la emergencia de cepas resistentes a los fármacos antituberculosis (anti-TB), representado por la TB multidrogorresistente o TBMDR (resistencia como mínimo a isoniacida y rifampicina) y la TB extensamente resistente o TBXDR (cepas multirresistentes que presentan resistencia adicional a inyectables de segunda línea –kanamicina, amikacina o capreomicina- y a por lo menos una de las fluoroquinolonas anti-TB). La estimación global de OMS es de 440.000 casos de TBMDR y aproximadamente 50.000 de TBXDR.


La investigación de nuevos fármacos es restringida. Debemos recordar que la última droga anti-TB específica descubierta fue la rifampicina en 1970, las fluoroquinolonas han hecho un importante aporte como drogas de segunda línea desde 1985 y para nuestro futuro arsenal antibacilar existen unos pocos compuestos en ensayo. Por otra parte, la generalización del uso de la estrategia DOTS/TAES, que incluye el tratamiento supervisado y estandarizado de la TB no es tarea sencilla. Requiere un importante esfuerzo administrativo y organizativo para poder acercar el sistema de atención primaria de la salud al enfermo de TB y brindarle no solamente la medicación sino un adecuado soporte nutricional, emocional, social e inclusive económico para que el tratamiento sea eficaz y la tasa de abandonos baja.

Argentina es un país de mediana incidencia de TB, con una incidencia decreciente a  lo largo de los años y que para 2009 fue de aproximadamente 10.000 casos con 800 muertes relacionadas. Nuestro país tiene un Programa de Control Nacional que es histórico en América Latina y Programas Provinciales y de la Ciudad de Buenos Aires, con lo que la cobertura de tratamiento de los pacientes es completa y gratuita, tanto en fármacos de primera línea como en los de segunda línea, que se utilizan para tratar la TBMDR y TBXDR.

Tanto el Hospital Francisco Javier Muñiz como el Instituto de Tisioneumonología Prof. Dr. Raúl Vaccarezza, ubicados ambos en un amplio predio arbolado de la Ciudad de Buenos Aires tienen una larga trayectoria en el diagnóstico y tratamiento de la TB, siendo instituciones de referencia para casos difíciles de la enfermedad, ya sea por reacciones adversas graves a los fármacos, asociaciones morbosas (la más destacada de las últimas décadas es el HIV/Sida) o resistencia a los fármacos de primera línea. Las Cátedras de Tisioneumonología y de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Buenos Aires y de Universidades privadas cumplen una extensa labor docente, tanto de pregrado como de posgrado en la enseñanza del manejo clínico de la TB.

Dentro de este marco, un grupo de trabajo relacionado con el mejoramiento de la Calidad de la Gestión Clínica ha elaborado las Guías de Diagnóstico, Tratamiento y Prevención de la TB del Hospital Muñiz y el Instituto Vaccarezza.

Dr. Domingo Palmero
Jefe División Neumotisiología, Hospital F. J. Muñiz
Prof. Titular de Neumonología, USAL
Prof. Adjunto de Neumonología, UBA
Fuente: IntraMed

martes, 22 de marzo de 2011

El ladrón de cerebros


Pere Estupinyà es bioquímico y divulgador de la ciencia. En el 2007 tuvo una beca del MIT para permanecer un año en sus instalaciones compartiendo sus días con las mentes más brillantes del instituto. En el 2010 producto de su interacción con estos científicos  produjo el libro "El ladrón de cerebros" donde plasmó, de manera amena y sencilla, todas las novedades que recogió las descontracturadas charlas que mantuvo con ellos.

lunes, 21 de marzo de 2011

Leloir: el inventor de la Salsa Golf


A nuestro Premio Nobel en Química (1970), Luis Federico Leloir (1906-1987), además de sus importantes aportes a la ciencia, le corresponde el mérito de ser el creador de la típica salsa argentina: Salsa Golf.

Cuenta la historia que alrededor de 1920 estando Leloir en el restaurante del “Golf Club” de la localidad que hoy se conoce como Santa Teresita[i], cansado de comer sus apetecidos camarones y langostinos acompañados con mayonesa, le solicitó al mozo que le trajera diversos ingredientes (vinagre, limón, mostaza, kétchup, especias diversas, etc.) con la intención de probar diferentes mezclas.

De todas ellas la que más le gustó fue la de kétchup y mayonesa. Desde entonces los amigos la bautizaron Salsa Golf y su fama se extendió.

La nostalgia rememora este diálogo entre Federico Leloir y un amigo:

 "¿Te acordás, Lucho, de tu primer descubrimiento?".

 "Lástima que no lo patentamos. Hoy tendríamos más medios para investigar", contestó Leloir.

Los argentinos, ya preparada de manera industrial, fundamentalmente, la consumimos acompañando a los palmitos. Aunque hay quienes prefieren hacer para lograrla su propia mezcla de mayonesa y kétchup.




[i] Por parte materna eran propietarios de la estancia del Tuyú, que hoy conforma la zona costera que se conoce como Partido de la Costa.


domingo, 20 de marzo de 2011

Divulgación científica para niños: Billiken

La divulgación científica destinada a los niños vino de la mano del periodista Constancio C. Vigil.
En efecto, el 17 de noviembre de 1919 Vigil[i] edita el primer número de la revista infantil “Billiken” considerada la revista infantil más antigua del mundo de habla hispana.



La tapa del Nº1 de “Billiken” tenía a un niño de pueblo, con una pelota de fútbol bajo el brazo derecho, y una venda en la cabeza que le tapaba el ojo izquierdo. La imagen del niño "de barrio" desaliñado fue el emblema de la revista durante varias décadas.

 
 La revista organizó sus contenidos de modo tal que interactuara con la escuela, aportando artículos y secciones temáticas fijas sobre temas que pudieran resultar de utilidad directa para los alumnos en sus trabajos escolares, pero sobre todo material gráfico, fotografías, dibujos y unas “figuritas” que se volvieron clásicas, capaz por un lado de atraer e interesar a los niños, y por el otro de servir para las láminas y carpetas de estudio. En este sentido, tradicionalmente, la revista siguió siempre el calendario escolar, sobre todo el relacionado con la historia argentina, dedicando la tapa y los artículos principales, a los hechos y personajes históricos principales (Revolución de Mayo, Declaración de la Independencia en la Argentina, Invasiones Inglesas, Cruce de los Andes, Domingo F. Sarmiento, José de San Martín, Manuel Belgrano), según el momento del año en que se celebraban las fiestas relacionadas.

¿Qué significa Billiken? Según una antigua leyenda, en la India vivió un simpático dios que logró arrancarles sonrisas a dos príncipes apesadumbrados. Y viendo el dios que en el mundo había aún más tristeza, se encargó de llevar alegría a muchas otras naciones y culturas remotas. A principios del siglo XX, el fabricante norteamericano Billy Kent conoció la leyenda y creó un muñequito petiso, barrigón, eternamente sonriente y parecido a Buda, como se lo imaginaba él al dios Hindú. Y como éste no tenía nombre lo bautizó con el suyo. Después, el pequeño ídolo se puso de moda en todo el planeta y fue muy popular entre los chicos argentinos.

Si tener un amuleto de Billy Kent no daba tanta suerte como se decía, por lo menos era un lindo regalito de buen augurio.
A Costancio C. Vigil , que en esos días buscaba afanosamente un título para una inédita revista infantil, le pareció una buena idea usar el nombre de ese muñeco que los nenes amaban. Billy Kent, dicho todo junto y sin la T, pasó a ser Billiken.
Pero, asegura la nota publicada en “La Nación”[ii], que este es un mito que circula entre nosotros. Afirma que “el nombre original del muñeco y la estatuilla (que en las dos formas se hacía) era Billiken, que la única alteración que sufrió fue la manera de pronunciarlo. Su creadora fue una profesora de dibujo e ilustradora norteamericana llamada Florence Pretz, que patentó el diseño en 1908. Tampoco se llamaba Billy Kent el fabricante: lo produjeron varias firmas, entre ellas The Billiken Company of Chicago. Se dice que el nombre se lo pusieron por el presidente William Taft, "Billy", que acababa de ser elegido, con el sufijo -ken . Después aparecieron otros muñecos, imitaciones del original, con nombres parecidos, como Billican y Billikant”.




[i] Vigil había fundado en 1911 en Buenos Aires, “Mundo Argentino”, y siete años más tarde dirigió “El Hogar”. En 1918 lanzó la revista “Atlántida” y la editorial homónima, en 1919 “El Gráfico” y” Billiken”.

[ii]  La Nación , 15.01.2007

Fuente: Cazaux, Diana (2010), Historia de la divulgación científica en la Argentina, Buenos Aires, Editorial Teseo.





25 de marzo de 1925: Einstein nos visita

La década de 1920 era una época en la Argentina en que las corrientes del pensamiento político, filosófico, literario, artístico y científico europeo no sólo llegaban con asiduidad sino que se concretaban, con bastante frecuencia, en visitas de grandes personalidades mundiales. Así visitaron la Argentina, entre otros, José Ortega y Gasset, el Príncipe de Gales, Julio Rey Pastor, Anatole France, Umberto Eco, Mircíade de Eliade y Albert Einstein.
Es sabido que todo intelectual, de cualquier disciplina, conoce las principales instituciones y países donde se desarrolla su disciplina, y por lo tanto, tiende a difundir sus trabajos, estudios, investigaciones, teorías, obras, personalmente, en esos lugares. Esto se ve incentivado cuando la `difusión personal´ está bien retribuida, intelectual y materialmente, porque, de alguna manera, eso implica una valoración de su tarea. Así fue entendida esta visita a Buenos Aires de Albert Einstein, a la más importante ciudad del hemisferio Sur, tanto como centro cultural como por interés científico” (Agulla, 1988).
La llegada de Albert Eisntein a Sudamérica forma parte de una serie de viajes que este realizó en la década del veinte a varios lugares, como Japón, Palestina y Estados Unidos. Es el período que sigue a la súbita fama que el científico adquirió tras el anuncio, en 1919, de “la radiación y las propiedades energéticas de la luz” – trabajo por el que mereciera el Premio Nobel de Física de 1921, y no por la teoría de la relatividad- . Gracias al prestigio conquistado, su figura ganó las páginas de los diarios de todo el mundo y sus opiniones científicas, filosóficas, éticas y políticas pasaron a tener gran repercusión en el público.
Una de las motivaciones de Einstein para emprender tales viajes fue su curiosidad por conocer diferentes países y culturas. Y, además de buscar difundir sus teorías tenía un fin político en algunas de esas visitas, como las realizadas a Francia e Inglaterra: intentar aproximar a las comunidades científicas de los distintos países que habían estado en conflicto en la Primera Guerra Mundial, y mostrar que la ciencia, como el arte, podía contribuir a la superación de los nacionalismos. Einstein también estaba comprometido en la causa judía, especialmente en sus objetivos culturales.
El viaje a Sudamérica incluye varios de esos aspectos motivacionales. Eisntein dio conferencias científicas en la Argentina, Uruguay y Brasil. Visitó instituciones científicas, participó de recepciones organizadas por la comunidad judía y por la comunidad alemana, defendió la paz y la conciliación mundial y habló sobre la necesidad de los judíos de todo el mundo de unirse para apoyar el movimiento de creación de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Destaca Juan Carlos Agulla (h) (1988) lo que significaba un viaje a la Argentina en aquellos tiempos, dadas las comunicaciones de entonces y las distancias:
Ante estos hechos se hace comprensible las expectativas que creaban estas visitas, movilizadas masivamente por los periódicos. Pero en el caso de Einstein, esas expectativas estuvieron altamente multiplicadas por una difusión sumamente significativa. Todo parece indicar, sin embargo, que había entonces en la Argentina un público muy nutrido y heterogéneo que estaba interesado en conocer no sólo la personalidad de Einstein sino su pensamiento, tan complejo y polémico.”(Agulla, 1988).


Llegó a Buenos Aires al alba del día 25 de marzo. Pero su periplo había comenzado casi tres emanas antes, cuando abandonó el puerto de Hamburgo a bordo del veloz y lujoso navío Cap Polonio, una muestra más de la potencia técnica de la Alemania de la primera post-guerra.
Su contacto con la Argentina -puntualizan Gangui y Ortiz (2005)- se había iniciado tres años antes cuando, por iniciativa del ingeniero Jorge Duclout, la Universidad de Buenos Aires (UBA) le cursó una invitación para dictar un ciclo de conferencias sobre su novísima y controvertida teoría de la relatividad. Duclout , uno de los campeones de la teoría de la relatividad en la Argentina, era un físico e ingeniero de origen francés radicado desde muchos años atrás en buenos Aries y que, como Einstein, había estudiado en el Politécnico de Zurich.
Otras universidades y entidades argentinas se habían adherido a esta invitación. Entre ellas se destaca la Asociación Hebraica Argentina (hoy Sociedad), recientemente creada por una primera generación de intelectuales argentinos de origen judío que habían elegido la figura de Einstein como emblema de sus aspiraciones sociales e intelectuales.
A pesar de que las teorías de Einstein en el mundo científico todavía eran discutidas y muchas veces no completamente aceptadas, precisamente fue en la época en que visitó la Argentina cuando comenzaron a aceptarse, de manera paulatina, aquellas novedosas teorías de la física cuántica.
En un reportaje otorgado al diario La Prensa, expresó:
“Quiero que en la Argentina, en cuya capital reconozco un gran centro de cultura, se conozcan los fundamentos de mi teoría, tal como la entiendo y no bajo el aspecto en que me la presentan admiradores entusiastas que, en el calor de la polémica, la desfiguran muchas veces, ni en la forma como pretenden darle mis adversarios científicos y otros, por un cúmulo de circunstancias completamente ajenas a la ciencia […]. Sé que éste es uno de los países más hospitalarios del mundo, pues habita en él un elevado número de mis correligionarios en los que se encuentra arraigado un verdadero espíritu de argentinidad. Estoy […] al corriente de que esos israelitas, con su incesante esfuerzo y su trabajo tenaz, fueron, en gran parte, los copartícipes celosos del desenvolvimiento científico y material de esta tierra, ya sea en el terreno comercial e industrial, así como en el campo de las actividades agrícolas”.
(…) Ignoro si el tiempo y mis compromisos científicos me permitirán realizar una excursión por el interior del país, pues muy grato sería para mí conocer algunas colonias judías establecidas en la provincia de Entre Ríos y otras”.


El interés de los argentinos por los acontecimientos europeos se vio reflejado en un primer artículo publicado en el diario La Prensa el día de la llegada de Eisntein a nuestro suelo:
“Publicaremos hoy el primer artículo de la serie que La Prensa contrató especialmente con el ilustres sabio. Como podrán ver nuestros lectores, Einstein dedicó su primera colaboración en las columnas de La Prensa a un tema que le preocupa de un modo especial, la creación de un ´Paneuropa ¨, de una federación de Estados europeos, algunos de los cuales nuestro colaborador cita en su artículo (…). (La Prensa, 1925).
Einstein dicto ocho conferencias en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; una en la Facultad de Filosofía y Letras, y otra en la Sociedad Hebraica. El acto inaugural y la primera conferencia se llevaron a cabo en el Salón de Actos del Colegio Nacional de Buenos aires. En la Facultad de Filosofía disertó sobre “Las consecuencias de la teoría de la relatividad con respecto a los conceptos de espacio y tiempo”. Y precisamente sobre el tema del espacio y el tiempo, “Caras y Caretas” (1925) escribió una nota con el título “El sabio Einstein y la poesía”:
“A la revolución que en las altas esferas pitágoricas ha suscitado y realizado el sabio suizo-germano que nos visita en la actualidad, hay que agregar hoy una nota que tiene no poca importancia, tal vez desde antes del inmortal Galigleo…Trátase, en efecto, de la frase pronunciada por Einstein en una de sus recientes conferencias, y que dice: `El espacio es curvo y probablemente finito¨. Tal afirmación, indiscutible –dada la autoridad que la pronuncia- produce una revolución en la poesía que ha cantado tantas veces, desde hace tantos siglos, ´el espacio infinito¨ y ´el abismo sin límites ni fin´”. (Caras y Caretas, 1925).
De esta manera se advierte cómo la figura de Einstein en Buenos Aires no interesaba solamente a los científicos, sino que capturaba y se dirigía hacia un público mucho más vasto que el meramente “técnico”. En la Sociedad Hebraica disertó sobre temas no científicos, como su visión del mundo y “sus impresiones de los países que visitó”. Pero se entiende que las conferencias de la Facultad de Ciencias estuvieron dedicadas a exponer sus ideas científicas y especialmente a desarrollar sus teorías.
Es conveniente destacar que los diarios publicaron íntegramente estas conferencias, que se sumaban a las opiniones de algunos científicos argentinos sobre la teoría de la relatividad.

También, que Einstein, durante su permanencia en nuestro país de un mes alojado en la residencia de Bruno Wassermann, participó de numerosas recepciones, incluso una organizada por los estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires y que visitó, además, las ciudades de La Plata y de Córdoba.

Fuente: Cazaux, Diana (2010), Historia de la divulgación científica en la Argentina, Buenos Aires, Editorial Teseo.